La conciencia de cuidar la salud radica en la misma persona, las condiciones de vida, las actividades rutinarias, el ingreso familiar y el estilo de vida que se desea mantener u obtener, forma parte fundamental para evitar la obesidad y sobrepeso que asecha a la comunidad de la Valla, ubicada en el municipio de San Juan del Río, Querétaro.

Este no es ni debe ser un tema ajeno a la voz de la sociedad, las personas se están olvidando que la salud es uno de los aspectos más importantes de mantener una buena calidad de vida, los pobladores de la Valla, están sin duda priorizando su condición material y no su condición física, el consumir comida chatarra, comida rápida poco nutritiva por el precio bajo en el que la pueden adquirir es otro aspecto que influencia a cualquier edad que se desarrolle el sobrepeso o en el peor de los casos la obesidad.

 

Sabemos que nuestro país ocupa los primeros puestos de esta epidemia, solamente de 35 países que participan en la OCDE , actualmente México está en el TOP 3.  Esto es gracias, en gran parte, a la desigualdad educativa y socioeconómica, la cual influye en que exista más obesidad, debido a obstáculos en el mercado laboral (menor contratación, productividad y reingreso laboral), esto refuerza esas desigualdades. 

Si pudiéramos atender la obesidad en el entorno laboral podría contribuir a romper con el ciclo de desigualdad social. 

A pesar de que se han aplicado diversas políticas públicas para revertir la epidemia de sobrepeso y obesidad. El reporte menciona el aumento del precio por medio de un impuesto a alimentos potencialmente no saludables, la cual está en vigor en varios países. En México, se grava un 8% a los alimentos no básicos con alta densidad calórica, es decir, que 100 gramos de producto contengan más de 275 calorías. Esto incluye botanas, confitería, chocolate, postres y dulces, mantequilla de cacahuate, helados, nieves y paletas. Además, se aplica un impuesto de 1 peso mexicano por cada litro de bebida sabor izada con azúcar añadida. 

La principal causa de sobrepeso y obesidad en la Valla, es el desbalance alimenticio, no es más que una mala alimentación combinada con poca o nula actividad física. En parte, esta definición sugiere que un individuo tiene la responsabilidad absoluta sobre sus hábitos. No obstante, existen múltiples factores subyacentes que influyen en las decisiones de los individuos. Varias de las causas indirectas requieren intervención gubernamental, para lograr por ejemplo la disponibilidad y accesibilidad de alimentos sanos o el tipo de desarrollo urbano que permite desplazamientos no motorizados y actividades al aire libre.

Seguramente también constituye un gran reto conseguir instancias participativas para los ciudadanos en la regulación de ciertos ámbitos industriales y comerciales relacionados con la alimentación, e incluso con la prevención de la obesidad o el sobrepeso, ya que en general las autoridades estatales han optado por permitir que la industria se autorregule y promueva sus propias formas de atenuar un fenómeno que en buena parte produce ella misma, pero desde acciones que no están coordinadas en su conjunto y que además, a menudo tienen más de representación pública que de intervención real, algo que desde una buena coordinación y regulación en términos de salud pública sería mucho más efectivo y real.

La mercadotecnia juega sin duda otro de los papeles fundamentales en esta situación, el tener al alcance de todas las nuevas tecnologías que nadie utiliza con responsabilidad y que sirven de inhibidor de actividades al aire libre, el uso inmedido de las mismas y la pésima regulación de venta en el municipio y estado.

La obesidad y sobrepeso son uno de los mayores retos para México, la estadística indica que nos corresponde el segundo lugar en obesidad infantil, es un problema multifactorial y su solución depende fundamentalmente de una transformación de los estilos de vida. Por ello, su combate requiere de políticas que incidan sobre los diferentes niveles de causas, tanto directas como indirectas. En ese sentido, se debe reconocer que la administración federal actual ha emprendido esfuerzos considerables en esta materia, los cuales están concentrados en la Estrategia Nacional para la Prevención y el Control del Sobrepeso, la Obesidad y la Diabetes, sin embargo, no todo prevalece en normas tras un papel, sino en la voluntad de cada uno de nosotros.

 

Debemos concientizar a los pobladores, que la principal causa a la que se apunta son los malos hábitos en la alimentación, que acaban desembocando en una prevalencia del sobrepeso de un 70% en la edad adulta. A largo plazo, la obesidad favorece la aparición de enfermedades tales como diabetes, infartos, altos niveles de colesterol o insuficiencia renal, entre otros. Actualmente, la diabetes es el mayor problema al que se enfrenta el sistema nacional de salud: es la principal causa de muerte en adultos, la primera causa de demanda de atención médica y la enfermedad que consume el mayor porcentaje de gastos en las instituciones públicas.  

 

Los números no mienten, tan solo pensar en los altos casos que existen en una pequeña región de nuestro país, no podemos imaginar la cantidad exageradísima de casos vigentes en el mismo.

La experiencia demuestra que una correcta alimentación previene los problemas de sobrepeso y obesidad.